En mis años de experiencia como psicóloga clínica y coach de bienestar, he comprendido que el sufrimiento humano muchas veces nace de la falta de consciencia sobre quiénes somos y cómo nos relacionamos con nuestra propia historia. Cuando no nos detenemos a mirarnos con honestidad, solemos cargar con tristeza, indiferencia, escepticismo o resignación, aceptando como destino lo que en realidad podemos transformar.
Con frecuencia, lo que más nos hiere no es el presente, sino aquello que ya pasó y seguimos guardando como una herida abierta en la memoria. También olvidamos habitar el “aquí y ahora” al quedar atrapados en la ansiedad por lo que vendrá. El dolor surge, en gran medida, de ese constante alejamiento de nuestro propio centro y de la expectativa de que la vida debería darnos siempre lo que deseamos.
Desde una mirada existencial y humanista, mi compromiso en tu proceso es acompañarte a reconocer que tú eres el protagonista de tu historia. Juntas exploraremos tu sintomatología, no como etiquetas rígidas, sino como señales de un mundo interno que pide ser escuchado. Te invito a comprender tu padecimiento en tus propios términos, a darle voz a lo que callas, y a encontrar sentido en cada experiencia, incluso en la más dolorosa.
Creo profundamente que la palabra que no se expresa enferma, pero también que la palabra dicha con consciencia libera. Sanar es un acto de presencia y de valentía: es hacer camino al hablar, al mirarte con compasión y al reconectar con tu mente, tu cuerpo y tu espíritu.